El lunes 14 de diciembre al mediodía, cuando el chofer Oscar Balbuena Villarruel encendió el motor de la miniván Renault de placa Z9Q-960, los 18 pasajeros a bordo ignoraban la larga lista de delitos e infracciones que había detrás de este vehículo. Por ejemplo, que el costo de su pasaje financiaba a una red de personas acusadas de extorsionar a transportistas. Que esta unidad ni siquiera necesitaba moverse para cometer faltas graves: tenía más pasajeros que su capacidad máxima y utilizaba un permiso turístico para hacer taxi colectivo. Dos horas después de que Balbuena partiera de Puno, esta miniván terminó volteada y destrozada con 11 de sus ocupantes muertos tras chocar contra un camión.
La historia de este vehículo comienza un año atrás, el 14 de noviembre del 2019. La Fiscalía Especializada contra la Criminalidad Organizada de Lima desarticuló una banda de extorsionadores que cobraban cupos para que minivans puedan circular con libertad entre las ciudades de Espinar, Puno, Juliaca y Arequipa. La organización era conocida como “Los Camanejos”. Según la fiscalía, esta red creaba empresas falsas para ‘agremiar’ a dueños de vehículos. Una vez agremiados, comenzaban a cobrarles por el derecho a circular obteniendo hasta S/15.000 soles al día. Si se negaban a pagar, golpeaban a los transportistas, destrozaban sus unidades e incluso atentaban contra sus vidas.
Una de las acusadas de pertenecer a esta organización es Noelia Japura Cruz, conocida como la ‘reina del sur’, detenida en enero del 2020. Según Registros Públicos, es la gerente general de la empresa de transportes Rimay Tikray Perú SAC. Esta compañía aparece como propietaria de la miniván donde murieron las 11 personas, y de otros 12 vehículos que hacen taxi colectivo.
Además de revelar vínculos con delitos de extorsión y cobro de cupos, la historia de este vehículo muestra que el negocio del taxi colectivo convive con la negligencia al volante. Esta furgoneta, según un reporte de la Sutrán, registra tres papeletas anteriores por realizar transporte informal. En dos ocasiones se le retiró las placas como medida de sanción, pero siguió operando.