El congestionado tráfico en Lima afecta la calidad de vida al desperdiciar tiempo valioso que podría usarse en actividades productivas y recreativas. De acuerdo con un estudio de TomTom, la capital peruana lidera la congestión vehicular en América, donde los ciudadanos pasan en promedio 254 horas al año atrapados en el tráfico.

Este caos vehicular no solo reduce la productividad laboral y genera estrés, sino que también impacta negativamente en la economía. Un sondeo realizado por RPP revela que las personas destinan alrededor del 30% del sueldo mínimo mensual en costos de transporte para ir al trabajo, generando un impacto económico considerable.

A pesar de los esfuerzos por reformar el sistema de transporte a largo plazo, la congestión vehicular y sus consecuencias económicas se extienden más allá de Lima, afectando a regiones como Cajamarca y Arequipa. En estas áreas, las pérdidas económicas debido al tráfico son significativas, lo que resalta la urgente necesidad de mejorar la infraestructura y implementar soluciones eficientes en todo el país.